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Los procesos de gestión de cambio y transformación en las escuelas y sus limitantes


Podemos enfrentar transformaciones educativas desde afuera de los sistemas, con propuestas pedagógicas y organizativas disruptivas "no reconocidas oficialmente" (sin entrar en la discusión emergente sobre algunas cuestiones filosóficas al respecto, por lo menos en este artículo), o dentro de los propios sistemas oficiales de educación.


Este segundo desafío implica un esfuerzo superior, mayor aún en el ámbito de la enseñanza pública con respecto a la enseñanza privada. Especialmente, porque se trata de un sistema que viene transitando desde hace más de un siglo, con la promulgación en 1884 de la Ley 1.420 de Educación Común, Gratuita y Obligatoria; hasta la actual Ley 26.206 de Educación Nacional sancionada en 2006; ampliando el nivel de obligatoriedad hasta el último año de educación secundaria.


Para poder hacer posible transformaciones en el ámbito de la educación es indispensable comenzar a "interpretar" las trabas y obstáculos que se presentan y convertirlas en limitantes de las propias transformaciones a fin de establecer un marco de conocimiento, pensamiento y acción donde moverse y actuar en conformidad con las diferentes culturas institucionales y sociocomunitarias.


En este sentido, podemos identificar cuatro limitantes que permiten determinar nuestro horizonte de acción ante el desafío de enfrentar procesos de transformación y cambio en las escuelas.


Limitante 1. El Sistema Educativo


Como todo sistema, el sistema educativo es demasiado rígido en sí mismo. La graduación de cursos, la separación por edades, la organización curricular por disciplinas, la promoción por ciclo aprobado completo, los horarios estrictos, las escalas de calificaciones, los plazos y las fechas preestablecidas, los regímenes de asistencia y regularidad, entre otros muchos, son claros ejemplos de inflexibilidad.


Si bien se vienen realizando, por un lado, reformas curriculares empujados por la inclusión (especialmente a partir de la obligatoriedad), la obtención de nuevos derechos para las personas, la contextualización de los aprendizajes y el uso, en particular, de la tecnología de las comunicaciones; y, por el otro, se han considerado cuestiones disciplinarias pasando de la rigidez y la estandarización a la negociación y la consideración por los individuos; es cierto que, en muchos casos, estas reformas no han logrado establecerse definitivamente, y mucho menos en el nivel institucional. En la práctica, solo están representadas, generalmente, en la figura de docentes que las materializan incluso, a pesar de las barreras que establecen las propias culturas institucionales, a veces tanto o más rígidas que los propios sistemas.


Por tanto, es necesario el conocimiento pleno de las normativas que conforman los sistemas educativos con el objetivo de aprovecharlas al máximo. Poder visualizar esos "límites" a los que nos lleva la normativa y, lógicamente, no tomar decisiones que no estén permitidas.


Limitante 2. Los recursos


Así como no debemos tomar decisiones no permitidas, también es lógico que no podríamos llevar a cabo tareas para las cuales no contamos con los recursos necesarios, incluso los humanos (relacionados con el personal y con los estudiantes y sus familias).


Es indispensable saber quiénes somos y con qué contamos para pensar quiénes queremos ser y hacia dónde queremos llegar.


La multiplicidad y/o abundancia de recursos no significa el aprovechamiento de los mismos y no está estrechamente reñida con la calidad de los aprendizajes. Incluso, a veces, resulta todo lo contrario.


La inversión en educación no tiene por qué coincidir indefectiblemente con procesos de transformación y cambio. Las verdaderas transformación se realizan con los recursos con los que se cuenta y con el aprovechamiento y la optimización de estos recursos.


Por supuesto que, paralelamente, es necesario establecer condiciones y características mínimas para el funcionamiento de las escuelas, a partir de las cuales podremos comenzar a configurar esos procesos.


Limitante 3. La obligatoriedad


Dos cuestiones relacionadas con la obligatoriedad de la escolarización hasta la finalización del nivel secundario incitan a repensar este concepto que se convierte en una limitante al iniciar transformaciones y mejoras continuas.


La primera cuestión es que referirse a la escolarización obligatoria no se condice con la idea de "aprendizaje obligatorio".


La segunda cuestión es que debemos comenzar a discernir conceptos como "obligatoriedad" y "presencialidad", relacionados íntimamente con otro concepto, el de la "regularidad".


La obligatoriedad, entonces, no debe pensarse de la misma forma ante escuelas en diferentes condiciones que puedan brindar diferente nivel de oportunidades a los estudiantes. En localidades con oferta de más de una escuela, o en escuelas con oferta de más de una orientación, por ejemplo, por mostrar casos evidentes de desigualdad de oportunidades.


La manera de enlazar estos conceptos es a través de la construcción de una alianza de responsabilidad solidaria entre la escuela y la familia, entendiendo que ninguno de los dos puede hacerlo solo.


Al Estado, por su parte, le cabe la obligación de garantizar esta alianza, la obligatoriedad de la escolarización no le otorga derechos al estado por sobre la educación, todo lo contrario, le impone obligaciones.


El estado, entonces, debe garantizar condiciones de trabajo óptimas y condiciones de infraestructura y equipamiento mínimos, entre muchas otras obligaciones, pero esta configuración de escuela y familia implica pensar en transformaciones surgidas desde cada una de las escuelas, sino de las necesidades del contexto donde se desarrolla la comunidad educativa y no a partir de las necesidades de los estados.


En esta alianza de corresponsabilidad entre la escuela y la familia, finalmente, se ponen en juego algunas cuestiones que tienen que ver con la definición del nivel de escolarización obligatoria como un aprendizaje hacia el futuro y, una de las condiciones fundamentales en este punto, es la contraculturalidad. Educación para el futuro requiere educación liberadora, educación transformativa, educación que pueda ser capaz de generar agentes de cambio.


La obligatoriedad debe ser pensada a partir de una nueva escuela que viene a transformar la realidad y a mejorar las sociedades, no a ser funcional a diferentes sectores de la sociedad, del estado o del mundo del trabajo.


Limitante 4. La relevancia de la intervención docente


Los docentes son quienes, en definitiva, ayudan a construir los puentes hacia el futuro.


Los docentes conocen, piensan y actúan en un contexto "escuela" (tal y como la imaginemos) que tiene la característica de ser igualador en lo que respecta a las condiciones para aprender en relación con los demás.


Por una parte, existe una relevancia profesional, relacionadas con sus procesos de formación, en la motivación y en poner en práctica lo que los hace felices y plenos, en ser parte de un espacio (como cualquier otro que se ejerce por elección y vocación) que les permite afianzarse y completarse como personas.


Por supuesto que también existe una relevancia pedagógica. Sentirse -y saberse-, guías y facilitadores de los aprendizajes, pero, a la vez, ser conscientes que su relevancia radica en que, en principio, "los estudiantes no pueden comprender lo que necesitan aprender, y solo pueden formarse a si mismos comenzando por hacer lo que aún no comprenden" (Donald Schön, 1998).


Pero también existe una relevancia social de los docentes. Entender que los docentes deben "dar respuestas a la sociedad a partir de un lugar que les es cuestionado permanentemente", pero no por lo que la sociedad quiere y exige de la escuela y de sus docentes, sino desde la puesta en valor y la confianza depositada en nuestras escuelas y en nuestros docentes para encontrar y dar respuestas a los desafíos que las sociedades enfrentan cada vez con mayor frecuencia y de mayor complejidad.


Esta relevancia social es el verdadero punto de partida para la construcción de mejores sociedades a partir de las escuelas y de sus docentes.


Estos conceptos de sistema educativo, recursos, obligatoriedad de la escolarización y relevancia de la función docente, entendidos como limitantes, deben servir para pensar cómo se deben comenzar construir procesos de transformación y cambio en las escuelas.

Los procesos de gestión de cambio y transformación en las escuelas y sus limitantes Los procesos de gestión de cambio y transformación en las escuelas y sus limitantes Reviewed by Ariel Rotondo on diciembre 16, 2020 Rating: 5

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